Redes familiares

Banū Abī ʿĪsà al-Layṯī

Se ha seleccionado a los Banū Abī ʿĪsà debido a la importancia que tuvieron en la transmisión del saber en al-Andalus durante los primeros siglos del islam andalusí, así como en la difusión del mālikismo en al-Andalus. Otro motivo es que quince de sus miembros, repartidos en cinco generaciones, cuentan con biografía en los repertorios biográficos, lo que facilita el análisis de la transmisión del conocimiento en una familia a lo largo de más de un siglo.

Eran beréberes Maṣmūda, aunque la mayoría de los miembros de esta familia llevan la nisba al-Layṯī y no al-Maṣmūdī . Ello se debe a que Waslās u otro ascendiente se habría convertido al Islam de la mano de Yazīd b. ʿĀmir al-Layṯī (de Layṯ de Kināna), estableciendo entonces un vínculo (ḥilf) con los Banū Layṯ.
Sus orígenes y llegada a al-Andalus no están claros, pues las distintas fuentes dan versiones discrepantes. Las más extendidas giran en torno a Yaḥyà b. Kaṯīr, que sería el primero en establecerse en al-Andalus en época de ʿAbd al-Raḥmān I.

Esta familia de alfaquíes, antes lo fue de soldados, según Fierro, hasta que Yaḥyà b. Yaḥyà, abandonó esta vida y se dedicó al fiqh, transmitiendo sus conocimientos a sus descendientes. Así se conforma una red de transmisiones entre los miembros de la familia que, sin tener en cuenta a personas ajenas a ésta que también transmitieron a o de sus miembros, es la siguiente:

En esta red aparecen dos nodos principales Yaḥyà b. Yaḥyà y su hijo ʿUbayd Allāh b. Yaḥyà.

Yaḥyà estudió en al-Andalus con Ziyād b. ʿAbd al-Raḥmān Šabṭūn, de quien aprendió el Muwaṭṭaʾ de Mālik b. Anas. A Yaḥyà se atribuye la introdución de esta obra y la difusión del mālikismo en al-Andalus, sin embargo, antes que él, Šabṭūn ya había estado en Oriente, donde conoció a Mālik y a su discípulo Ibn al-Qāsim. El conocimiento que Yaḥyà poseía de de esta obra fue, pues, previo a su viaje a Oriente.
A pesar de ello, se dice que él también llegó a conocer a Mālik, y a los discípulos egipcios de de éste, entre ellos, Ibn al-Qāsim, al que habría oído el Muwaṭṭaʾ y la audición (Samaʿ) de Mālik, entre otras muchas obras que se recogen en el HATA (Fiqh, p. 8, nº 24; Hadiz, p. 2, nº 5; Mística, p. 2, nº 5). Esta audición la compiló en diez libros conocidos como ʿAšarat Yaḥyà.

ʿUbayd Allāh b. Yaḥyà, conocido como Ibn Abī ʿĪsà, tuvo como actividad principal el comercio, pero en sus viajes aprovechó para asistir a las lecciones de los principales maestros. Radica su importancia en ser depositario y transmisor de la recensión del Muwaṭṭaʾ de su padre y del fiqh mālikí a toda su generación y a la siguiente, incluso a los gobernantes. Sus discípulos fueron numerosos, como se puede apreciar en las biografías de sus contemporáneos. M. Marín los cifra en 79, número que coincide la cifra obtenida en nuestra investigación. Salvo Abū ʿĪsà Yaḥyà b. ʿAbd Allāh b. Yaḥyà b. Yaḥyà, destacado en difundir la transmisión familiar, los otros miembros de la familia, continuadores de esta tradición no jugaron un papel tan relevante como sus predecesores.

Tanto en las biografías de estos tres personajes, como en la información recogida en el HATA, se constata que todos transmiten las mismas obras.

Volviendo a la red de transmisión y a su similitud con una red informática, de Yahyà parten tres rutas, una de los cuales se interrumpe en la siguiente generación. Otra continúa en línea recta a través de una sucesión de conexiones punto a punto. La última de ellas, que llega a ʿUbayd Allāh, se bifurca en varias que parten de él directamente. (El hecho de que a su muerte los últimos miembros de esta familia tuvieran 10 y 13 años no es óbice para que asistieran a sus lecciones y recibieran la transmisión de sus ancestros, como ocurre en otros casos del mundo del saber).

A primera vista se percibe que se trata de una red en árbol. Al no haber tenido en cuenta más que las relaciones familiares, era de esperar que adoptara esta estructura. En eso se diferencia de la red general de sabios que es una red distribuida en la que no existe un nodo central, sino que todos son al mismo tiempo receptores y transmisores. Podemos comparar la topología de esta red familiar con las de sus dos principales nodos en el marco de la red general de su tiempo:

En estos gráficos se aprecia claramente que ʿUbayd Allāh tuvo más repercusión que su padre en la transmisión del saber, 79 discípulos frente a 46. Si afinamos más, veremos que de esos 79, muchos no traspasaron la información a nadie, interrumpiendo la cadena. Junto a esto hay que valorar lo que podríamos llamar la “calidad de los transmisores” de cada uno. En ese terreno gana Yaḥyà, de quien transmitió Muḥammad b. Waḍḍāh, la persona de su tiempo que tuvo un mayor número de discípulos, 205, entre ellos, algún miembro de esta familia. Fue pues Ibn Waḍḍāh persona imprescindible en la repercusión que la recensión del Muwaṭṯaʾ tuvo en al-Andalus.

Otro hecho a señalar con respecto a la importancia de ʿUbayd Allāh, es que no sólo transmite de él su hijo, sino también sus sobrinos, sin que lo hagan de su padre. Ello es muestra de la relevancia de un hermano respecto al otro, que ni siquiera está registrado en los repertorios biográficos. También transmite de él la siguiente generación.