Redes de transmisión en la familia
La iniciación al conocimiento comienza en el seno de la familia a temprana edad y continúa con la asistencia a las lecciones de otros maestros del entorno, sigue con los ulemas de otras ciudades de al-Andalus y culmina con el viaje a Oriente, donde además de realizar la peregrinación a la Meca, se persigue conocer y transmitir de las más notables figuras del Islam oriental.
En el mundo del saber la familia juega un papel fundamental en la transmisión del conocimiento. En ese medio es más fácil que vayan surgiendo ulemas que transmitan un mismo saber generación tras generación. Es habitual que un individuo siga la estela del padre, desempeñando la misma actividad y especializándose en las mismas materias. Este individuo transmitirá las obras que recibió de su padre a sus familiares, hermanos, hijos, sobrinos, nietos y parientes afines. Un ejemplo lo tenemos en ʿAbd al-Raḥmān b. ʿAbd al-Munʿim Ibn al-Faras que
“Pertenecía a una familia célebre por el saber, la religiosidad y el derecho (fiqh), tanto su padre, como su abuelo y su bisabuelo fueron alfaquíes consultores (mušāwarūn) ilustres. Poseía originales y manuscritos en los que se basaba y a los que acudía, la mayoría de ellos con anotaciones de su abuelo ʿAbū ʿAbd Allāh y otros con anotaciones de su bisabuelo. Todo esto que había recibido le venía de larga tradición familiar como el Ṣaḥīh de Muslim o el Siyar de Ibn Isḥāq con la revisión de Ibn Hišām. En esto fue único en su tiempo” (IZ, III, 212-3, nº 121)
Es conocido que las familias de ulemas tienden a unirse a otras familias del mismo ámbito. Estas uniones van estrechamente vinculadas a la transmisión del saber islámico. Es frecuente que el discípulo case con la hija del maestro, convirtiéndose cada uno en ṣihr (pariente afín) del otro. Este matrimonio, puede ser en muchos casos la culminación de la relación de ṣuḥba o amistad existente entre maestro y discípulo. Al producirse, éste no sólo pasa a pertenecer a la familia del maestro, sino que se convierte en el lazo de unión de las dos familias y hará que la red de transmisión en estos dos grupos se amplíe. El parentesco afín permitirá que un individuo transmita no sólo de sus parientes paternos, sino que también recibirá la transmisión familiar por vía materna, aunando ambas transmisiones y pasándolas a sus hijos. Este tipo de parentesco en relación con la transmisión y la importancia que adquiere el tío materno han sido estudiados por M. Marín (“Parentesco simbólico y matrimonio entre los ulemas andalusíes», Al-Qanṭara, XVI, 2 (1995), 335-356).
Metodología
De esta forma se tejen una serie de relaciones similares a otras vistas aquí. El estudio de las redes entre familias se puede abordar de distintas formas.
- Una de ellas consistiría en seleccionar algunos casos de familias que se unen entre sí por una relación de parentesco, unión que lleva implícita la transmisión del saber entre los miembros de éstas.
- Otra opción sería estudiar las familias de una misma época y una misma zona. Ello daría lugar a una red de familias más amplia, lo que nos permitiría visualizar más abiertamente la relación entre ellas. Se trata de un método más efectivo sin duda, pero en la práctica es tarea de resultados poco satisfactorios. Contamos con diversos trabajos, como pueden ser los de M. Marín dedicados a familias de ulemas de Silves y Toledo, que exploran esa línea de trabajo, pero su utilidad para documentar la transmisión del saber dentro de los grupos familiares no es tan destacada como la del método señalado en el punto anterior, ya que suelen ser familias con escaso número de miembros en las que las relaciones de transmisión del conocimiento no están tan delineadas como en los grupos familiares extensos.
A modo de ejemplo, se mostrarán algunas. Tomando como base las familias recogidas en PUA, se han seleccionado algunas con un número de miembros suficiente, repartidos en varias generaciones y, en algunos casos, emparentadas con otras familias. Se ha procurado que sean de distintos lugares y de diversas épocas, aunque haya más de Córdoba, debido a que durante largo tiempo fue la capital del saber en al-Andalus. Las familias seleccionadas son las siguientes:
- Banū Abī ʿĪsà al-Layṯī – Córdoba
- Banū Qāsim b. Hilāl al-Qaysī y Banū l- Šāma al-Ṯaqafī – Córdoba
- Banū Dīnār al-Gāfiqī – Córdoba
- Banū Wāğib al-Qaysī – Valencia
- Banū ʿAttāb (b. Muḥsin) al-Ğuḏāmī y Banū l-Munāsif – Córdoba
- Banū l-Ṭaylasān al-Anṣārī al-Awsī, Banū Gālib al-Anṣārī al-Šarrāṭ y Banū ʿAyyāš al-Anṣārī al-Ḫazrağī – Córdoba
- Banū l-Faras al-Ḫazrağī y Banū Masʿada – Granada
A través del estudio de estos casos, se pueden extraer algunas conclusiones significativas que permiten apreciar cómo funciona la transmisión del saber en el ámbito familiar.
Tipo de red
Si nos aislamos del contexto general y no tenemos en cuenta los vínculos de estos individuos con otros del mundo del saber, sino que observamos únicamente las relaciones entre los miembros de las familias estudiadas es evidente una cosa: por regla general existe un nodo del que parte toda la transmisión, en algunos casos dos. Al representar gráficamente la red de transmisión en una familia o en varias unidas por lazos matrimoniales se observa que contrariamente a lo que ocurre en la red general de ulemas, estas redes no tienen una estructura distribuida, sino que podríamos hablar más bien de red en árbol, que la mayoría de las veces parte de un nodo principal que se bifurca en las generaciones sucesivas, en las que puede haber otro nodo sobresaliente. Evidentemente este tipo de estructuras de red no se prestan especialmente al análisis por medio de las técnicas de SNA.
Ocurre por ejemplo en los Banū Abī ʿĪsà, cuyo miembro más importante fue Yaḥyà b. Yaḥyà, el introductor del mālikismo en al-Andalus. Él transmite a tres de sus hijos, uno de los cuales, ʿUbayd Allāh b. Yaḥyà, se convertirá en otro nodo importante dentro de la red familiar al transmitir a su hijo, a sus sobrinos y a los hijos de éstos. También llegará a ser un referente en su tiempo al haber transmitido la recensión del Muwaṭṭaʾ de su padre a un numeroso grupo de discípulos. Casos similares se dan en las otras familias.
Nexo tío-sobrino
En estas redes familiares se observa con cierta asiduidad que cuando entre varios hermanos hay uno que sobresale por importancia en el mundo del saber, sus sobrinos transmiten de él y rara vez de sus respectivos progenitores. Es algo que sucede, por ejemplo, en los Banū Qāsim b. Hilāl. Como se ve en el espacio dedicado a esta familia, hay sobrinos que transmiten de sus tíos y no lo hacen de su padre. En la tercera generación queda claro que tanto Aḥmad (PUA, id 1889) como Ibrāhīm (PUA, id 253) transmiten de su tío paterno Ibrāhīm (PUA, id 179), y lo mismo hacen los hijos de su hermana, Aḥmad y Yaḥyà de los Banū l-Šāma. Se manifiesta aquí la importancia de las alianzas familiares en la transmisión del saber.
No es extraño que uno de los sobrinos establezca una relación de ṣuḥba con su tío, convirtiéndose en el discípulo más asiduo y relacionándose con él más estrechamente.
Iğāza
La iǧāza o licencia para transmitir la recibe un individuo tras su aprendizaje con un maestro, cuando éste considera que está suficientemente formado para transmitir una determinada obra o toda su transmisión. Es ésta la base sobre la que se asienta el sistema de transmisión del conocimiento en el mundo islámico y es requisito imprescindible que el alumno exponga el objeto de autorización, bien sea un hadiz, una obra o cualquier otra pieza de información ante el maestro, o que lo haga un condiscípulo en su presencia y en la del maestro.
Sin embargo, hay excepciones y no son escasas. Muḥammad ʿUmar b. Muḥammad b. Wāğib al-Qaysī, Abū l-Ḥasan (PUA, id 10156) pidió iǧāza para él y para su hijo Abū l-Ḫaṭṭāb a los siguientes maestros: Abū Bakr Ibn al-ʿArabī, Abū l-Walīd b. Ḫayra y Abū Marwān b. Masarra.
No es extraño este hecho que vemos en otras familias, que es una muestra más de la intervención de los ulemas en la formación de sus descendientes. En la biografía de ʿAbd al-Munʿim Ibn al-Faras (PUA, id 5894) se dice que su padre y su abuelo se preocuparon de que asistiera a las lecciones de los maestros de su tiempo y además pidieron iğāza para él a los que no pudo conocer personalmente.
También se pidió para ʿĀʾiša bt. Abī l-Ḫaṭṭāb Muḥammad b. Aḥmad b. Ḫalīl al-Sakūnī, que transmitió de su padre únicamente, pues las mujeres no transmitían de varones que no fueran de la familia, salvo en algunos casos, ocultando su rostro mediante una cortina u otros sistemas. En este contexto, “se entiende” que se pidiera iğāza para ella a otros ulemas. El hecho de relacionarse sólo con miembros de su familia hizo que conservara muchas historias magníficas de sus antepasados y de otros.
Es preciso señalar que el sistema de iǧāza fue degenerando con el tiempo. Lo que en los primeros siglos era una acreditación que certificaba que el alumno había recibido en persona y de forma directa las enseñanzas de un maestro, pasó a ser poco más que una ficción aceptada (a pesar de las reticencias de algunos) cuando se concedía a individuos que nunca estuvieron en presencia del maestro (hijos del discípulo, futuros discípulos de éste, etc.) o incluso a colectividades (todos los habitantes de una localidad, en algún caso extremo).
Redes familiares
Bibliografía
Marín, Manuela. «Abū Bakr b. al-Ŷadd y su familia», en Estudios onomástico-biográficos de al-Andalus, IX , Madrid, CSIC, 1999), 223-259.
Marín, Manuela. «Baqī b. Majlad y la introducción del estudio del ḥadīṯ en al-Andalus», Al-Qanṭara, I (1980), 165-208.
Marín, Manuela. «Orígenes de las familias de al-Andalus en la época omeya según la obra de Ibn al-Abbār al-Ḥulla al-siyarā’», en Ibn al-Abbar, politic i escriptor àrab valencià (1199-1260), Valencia, Generalitat, 1990, 237-247.
Marín, Manuela. «Una familia de ulemas cordobeses: los Banū Abī ‘Īsà». Al-Qanṭara, VI (1985), 291-320.